Crónica: Proyección “She’s beautiful when she’s angry” en el Cine Doré – 19 sept 2015
Author: sista September 23, 2015
Sandra Bueno. Según me acerco a la Filmoteca, veo más y más gente reunida en la puerta. En pequeños grupos, o solos, o haciendo cola. Madre mía, ¿toda esta gente para ver She´s beautiful when she´s angry? ¡Qué emoción!
El viernes por la noche, mientras las sistis dormían, las chinches habían planeado un ataque. Todavía no han abrazado las ideas feministas y quieren sabotear nuestro encuentro en la filmoteca. ¡Y casi lo consiguen! Pero no nos damos por vencidas tan fácilmente; qué son unas chinches en comparación con todo el patriarcado, unos bichitos de nada no nos desalentarán.
Cuando llego, Paula y Ágata están hablando sobre lo que van a decir antes de proyectar el documental; cómo lo conseguimos, por qué lo proyectamos, qué es Sisterhood, cómo se hicieron los subtítulos etc. Una señora se acerca a ellas, por lo visto por tercera vez ya, y les pide una invitación porque las entradas se han agotado. Yo sigo alucinando con el poder de convocatoria de Sisterhood y del documental y no paro de pensar que hay que pensar algo para volver a proyectarlo, porque mucha gente se ha quedado sin entrada (y en ello estamos).
A la entrada de la sala, veo el puesto de merchan de sisterhood, todo ordenado y bonito, con varios curiosos alrededor, cotilleando y charlando con las sistis que lo llevan ese día. La sala está llenísima, la gente está como loca buscando asiento, se oyen murmullos y saludos, abrazos, hay emoción en el ambiente. Paula y Ágata presentan y se apagan las luces. ¡Que empieza, que empieza! Yo soy de las más emocionadas de la sala, yo creo.
En la hora y media que dura el documental, la gente ríe, se indigna, suspiran. Desde luego es un documental que consigue inspirarte, emocionarte y enfadarte. Te identificas con las mujeres que salen hablando, con las que no, con todas las dificultades que pasaron y que hoy en día seguimos pasando. Hay muchas cosas con las que una puede no estar de acuerdo (guarderías 24 horas, ¿en serio?), a veces es todo demasiado yanqui, demasiado Estados Unidos como centro de la Tierra, pero aun así es un documental precioso. Yo salí de él más reforzada, con más determinación por seguir adelante con el feminismo, con Sisterhood.
Las luces se encienden y la gente aplaude. Oigo comentarios de la gente de mí alrededor. “Qué documental más completo”, “me ha encantado”, “casi lloro con la parte de las violaciones”, “madre mía, cuarenta años después y seguimos peleando por las mismas cosas”, “qué mujeres tan fuertes”.
El espíritu Sisterhood se extiende por la sala.