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Kartas a Kim #3.1. Sí, este también es nuestro sitio. Ft: LE PARODY
Entrevista a Le Parody, multiistrumentista, cantante, agitadora, poeta, inmensa.
“Yo empecé a poner en práctica el maternalismo: revertir el proceso. Decirle a un técnico pesado: guapito, ¿me puedes mirar la ecu de los graves? es la ruedecita esa que pone low”
Ágata Ahora. Hay algo en la música independiente que funciona como un club de chicos en la casa del árbol. Girls are not aloud. Es sutil -nunca es sencillo identificar las estructuras de poder- pero su eficiencia es evidente: solo hace falta calcular el porcentaje de mujeres en el cartel de cualquier festival, o en el público de un concierto cualquiera, o en unos locales de ensayo. Kim Gordon habla, con cierto misticismo e idealización, de las relaciones de los hombres sobre el escenario, y de cómo, sintiéndose fuera, quiso estar dentro. No entra a identificar las barreras que protegen ese vínculo masculino, ni mucho menos a proponer estrategias que puedan ser útiles para tratar de derruirlas, así que he decidido preguntar a otras amigas que igual sí quieren profundizar sobre el tema. Voy a ir invitándolas una a una a Kartas a Kim para reflexionar juntas sobre esto. Empezamos con <3 Sole de Le Parody <3
Querida Kim,
Antes de nada, las presentaciones. Kim, Sole; Sole, Kim.
SOLE // LE PARODY
Las canciones de Le Parody están hechas con retales de sonidos. Muchas de ellas transcurren en la cabeza de Sole, exquisita y exigente compositora, que las transforma en líneas de ukelele, melodías luminosas de voces y collares hechos de sámplers, pero también son las trompetas de Frank. Más allá de la experiencia del baile y el flotar al que induce Le Parody, la práctica comunicativa (músicas y blogs, fanzines, newsletters, proyecciones) de camino a la revolución es el esqueleto de este proyecto que nace en una plaza, en mayo de 2011 en Madrid. Tiene un disco –CÁSALA (2012)- que es un joya; y otro de camino –HONDO- que morimos por escuchar y del que adelantó una canción, Saetas en el Aire, esta semana. Además de la música, Sole ha participado en la organización del Ladyfest Madrid 2012 y aunque dice que ahora se mantiene en una segunda línea de fuego del activismo, es mentira. Sigue siempre creando, inspirando y combatiendo en los primeros puestos, desde el escenario.
Escúchala, léela: http://leparody.tumblr.com/
Con ella he estado hablando a partir de un fragmento de tu libro, en el que hablas de los vínculos (visibles e invisibles) que observabas entre los hombres cuando hacían música y que, de alguna manera, te hacían sentir fuera. Pero también de cómo decidiste romper esa barrera y posicionarte en el dentro. Me refiero a este:
“Hombres tocando. A mi me encantaba la música. Fuera lo que fuese que sintieran los hombres cuando estaban juntos en el escenario, yo quería verlo de cerca, quería repasar a tinta ese algo invisible. (…) Viéndolo con perspectiva, ese es el motivo por el que entré en un grupo, para poder integrarme en esa dinámica masculina y poder mirar hacia fuera, en lugar de tener que mirar hacia dentro a través de una ventana cerrada”. Kim Gordon, La chica del grupo (Editorial Contra, 2015).
Entonces, Kim, si te parece, te trascribo la conversación que tuvimos (la verdad es que fue por correo electrónico) a partir de este fragmento, que estoy segura de que te va a gustar. Bueno, ahí va. Besis,
LA ENTREVISTA.
Los primeros conciertos que vi fueron de Laura Pausini y The Corrs. Y los recuerdo como momentos muy empoderantes de “yo quiero ser como ellas”
PREGUNTA: ¿Recuerdas alguna experiencia como observadora de chicos tocando, antes de empezar a tocar tú? ¿Qué pensabas entonces?
RESPUESTA: Es paradójico, pero de pequeña, crecer al margen de referentes musicales alternativos me hizo no notar la predominancia masculina en la música. Los primeros conciertos que vi fueron de Laura Pausini y The Corrs. Y los recuerdo como momentos muy empoderantes de “yo quiero ser como ellas”.
P: Y en los márgenes, en la música alternativa, ¿tu experiencia ha sido la misma?
R: Precisamente fue cuando empecé a ir a conciertos de punk y música alternativa que empecé a notar que no había chicas.
P: Sin embargo, por suerte muchas seguís escuchando y haciendo música. Pese a la falta de modelos femeninos, ¿vosotras os habéis sentido apeladas?
R: Diría que sí, claro, nos sentimos apeladas… a entrar en los cajones que han creado para nosotras: chica mona asexuada o zorra. Alguien tendría que ponerse a analizar el enfoque sexual de la música femenina, me parece una constante alucinante.
P: Pero estas barreras no son siempre tan claras, a lo largo de tu carrera, ¿has identificado algún mecanismo concreto que deje fuera a las mujeres?
R: Más que un afuera y un adentro, yo lo que empiezo a observar es una gran segregación. Tiene su lógica. Intentas entrar en un ámbito que te dicen que no es el tuyo… hasta que te das cuenta de que puedes montártelo por tu cuenta y entonces dejas de intentarlo y creas tus propios espacios.
P: ¿Tenéis alguna experiencia propia en ese sentido (este no es tu sitio)?
R: Cuando empecé a tocar casi todas mis experiencias eran así. Paternalismo everywhere.
P: ¿Cómo crees que se puede revertir eso?
R: El proceso difícil es empoderarse, pero cuando por fin llegas, tras enormes dosis de frustración, ninguneo y acoso, cuando por fin tienes muy claro que algo te apasiona y sabes que lo sabes hacer, cuando tienes además una red muy sólida gente afín que te apoya, desmontar las situaciones patriarcales empieza a resultar bastante fácil y hasta divertido.
P: ¿Cómo lo hiciste tú?
R: Yo empecé a poner en práctica el maternalismo: revertir el proceso. Decirle a un técnico pesado: “guapito, ¿me puedes mirar la ecu de los graves? es la ruedecita esa que pone “low””.
P: ¿Se te ocurre alguna estrategia conjunta para fomentar que más y más mujeres se interesen por la música?
R: Creo que cada una sigue su propio proceso de empoderamiento. Yo personalmente no creo que haya que fomentar nada, creo que más bien hay que girar la lupa y ver por dónde andan las mujeres haciendo música. Porque ya lo estamos haciendo, lo que pasa es que muchas veces no nos interesan los circuitos creados por los hombres.
* Es importante tener en cuenta que las personas que participan en estas entrevistas son músicas en activo, son las que sí están ahí, por lo que, de alguna manera han conseguido traspasar las barreras invisibles de las que hablamos o, incluso, gracias a un entorno o educación privilegiada, no las han sufrido. Por tanto, no vamos a poder describir el fenómeno en su plenitud. Si tú tienes algo que añadir, por favor, háznoslo llegar a sisterhood.mad@gmail.com
Kartas a Kim es un diálogo ficticio con Kim Gordon (Sonic Youth, Body/Head) a través del libro La chica del grupo (Editorial Contra, 2015). Con un té de ginseng en la mano, nos centramos en la relectura con perspectiva de género de sus experiencias en la música independiente desde los 80, y tratamos de responder preguntas como: ¿Qué significa para Kim Gordon ser la chica del grupo? ¿Cómo ha sido la experiencia de una de las grandes estrellas del rock alternativo de los 90? ¿Nos dice eso algo sobre el panorama general?